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Doc. 506: Memoria de las pinturas enviadas al Monasterio de El Escorial

01 November 1658
Place: .
Location: Madrid, Real Academia Española, Biblioteca, sig. 2-IX-82; Fundación Lázaro Galdiano, Biblioteca, sig. M 20-13
Bibliography: Castro 1871; Yeves 1998, I, pp. 404-409; Marías 1999; Pita 1999; Bassegoda 2002, pp. 42-45; Bassegoda 2009
Correspondences: VV 177; CV 407
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MEMORIA DE LAS PINTURAS, QUE LA MAGESTAD CATHOLICA DEL REY NUESTRO SEÑOR DON PHILIPE IV ENVIA AL MONASTERIO DE SAN LAURENCIO EL REAL DEL ESCURIAL, ESTE AÑO DE MDCLVI DESCRIPTAS Y COLOCADAS, POR DIEGO DE SYLVA VELAZQUEZ, CABALLERO DEL ORDEN DE SANTIAGO, AYUDA DE CAMARA DE SU MAGESTAD, APOSENTADOR MAYOR DE SU IMPERIAL PALACIO, AYUDA DE LA GUARDA ROPA, UGIER DE CAMARA, SUPERINTENDENTE EXTRAORDINARIO DE LAS DEMAS OBRAS REALES, Y PINTOR DE CAMARA, APELES DESTE SIGLO. LA OFRECE DEDICA Y CONSAGRA A LA POSTERIDAD DON JUAN DE ALFARO. IMPRESA EN ROMA, EN LA OFICINA DE LUDOVICO GRIGNANO, ANNO MDCLVIII

Carlos Estuardo, Rey de Inglaterra, (digno de mayor fortuna por las excelentes partes de que le dotó Naturaleza) con loable y generosa ambición de ilustrar su palacio y enrriquecer su Reyno con lo más noble, precioso y exquisito que se hallase en los extraños, esparció por ellos personas de gentil espíritu, gusto, intelligencia y noticias, asistidos larga, y profusamente de todo lo necessario, para el intento: discurrieron estos las Prouincias, y recogiendo felizmente con la diligencia, y el oro, mucho de lo mejor que por ellas estaba diuertido, lo transportaron a Inglaterra, y a sus Reales Palacios de Guesmenster, y Nonciutem, para que más dignamente mereciesse este nombre con tales adornos. Tubo entre ellos el primero lugar, y mayor aplauso la Pintura, no sólo por la excelencia del arte, sino por hallarse allí altamente acreditada de los originales de mayor estimación, y nombre de aquellos Artífices, a quien an dado, y dan nuestros siglos la veneración, y culto que los pasados a sus Apeles, Parrasios, y Zeusis. Pero muriendo Carlos trágicamente, vino a  tierra en un día este cuydado, y trabaxo de tantos. A la par que la voz de su muerte, voló la de este rico, y singular despojo, conuocando a su almoneda la fama a todos los Príncipes de Europa, y como quien para el suyo con tanto desuelo desea en todo, todo lo mejor; acudió a ella (por medio del Embaxador de España, en aquel Reino, y de otros confidentes, D. Luis Méndez de Haro, Conde Duque de San Lúcar, y consiguió por grandes precios, sin que se lo pareciesse ninguno) los lienços, y tablas que entre tantas buenas, se reputaban justamente por las mejores. Traydas a Madrid, y reconocida de más cerca su excelencia, y merecer la vista del Rey nuestro Señor, tan superior en su conocimiento, las ofreció a sus pies, y tuuieron el lugar, y estimación condigna, en el Real Palacio, sumpuoso Erario, y culto aparador, donde obedientes a el imperio de Iúpiter han acumulado las Artes lo más admirable, y precioso de su caudal, trabajo, y honor de muchas edades.

I. Sacristía. Merece el Lugar primero sin admitir competencia, Vna tabla de RAPHAEL SANCIO DE VRBINO, que se llevó de Mantua a Inglaterra, en que está pintada Nuestra Señora con el Niño, Santa Isabel y San Ioan con un Pays bien aplicado a las figuras, y en su segundo término vn San Ioseph, excellentísimo todo ello, assí en el debuxo, como en el colorido, la acción, y rostro de la Virgen más que humano, faltan palabras para explicar su mucha gracia la del Niño, y el San Iuan: tiene el Niño el pie sobre vna almohada que está en una cuna formada de mymbres, los paños della son verdad, no ay encarecimiento que iguale a el gusto, y diligencia desta obra, puédese asegurar sin riesgo, que hasta oy no se ha visto en España cosa igual de su Autor, tiene la tabla de alto cinco pies y vn quarto, y de ancho quatro poco más, y son algo menores que del natural las figuras.

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II. Sacristía. vaya en el segundo lugar, pero no como inferior, el lienço del Labatorio de Christo a sus Discípulos, la noche de la cena: excediósse así mismo aquí el gran IACOBO TINTORETTO; es de excellentísimo capricho, y en la inuención y execución admirable: dificultosamente se persuade el que lo mira a que es pintura, tal es la fuerça de sus tintas, y disposición de su perspectiua, que juzga poderse entrar por él, y caminar por su pauimento enlosado de piedras de diferentes colores, que disminuyéndose hazen parecer grande la distancia en la pieza, y que entre las figuras ay ayre ambiente: son de viuísima aptitud todas según a lo que atienden: la mesa, asientos y vn perro, que está echado, son verdad, no pintura; la facilidad, y gala con que está obrado causará asombro a el más despejado, y práctico pintor; y por decirlo de vna vez, quanta pintura se pusiere junto a este lienzo se quedará en términos de Pintura, y tanto más él será tenido por verdad: este lienço, y otro de la Cena del mismo tamaño, hizo Tintoreto, para la Iglesia que llaman de San Marcos, en Venecia, y fue quitado, y puesta en su lugar vna copia, y aunque se conoce que lo es, de tanta satisfacción: y su armonía es tal, que siendo Original el Compañero no se repara en él; tiene de alto siete pies y medio, y de largo diez y nueve, son las figuras del natural.

III. Sacristía. La tabla de ANDREA DELSARTO FLORENTINO, es muy digna deste lugar, y de ser obra de tan gran Maestro; está Nuestra Señora sentada sobre vnas gradas, tiene el Niño con vna mano, y con la otra levantado el manto: El Niño está en pie mirando a un Ángel vestido de vna tunicela verde diuinamente labrada, tiene vn libro abierto en las manos, y mira a el Niño, que tendiendo los braços con rara viveça pareze se arroja a él: de essotro lado ay una figura (en lo principal del Quadro) sentada en las gradas: puédese entender es San Iuan Evangelista, bien que no tiene señas proprias, que lo manifiesten: a lo vltimo de las gradas se ve otra figura pequeña de muger con vn Niño de la mano, y todo ello sobre vn pays de tintas bien a propósito para la composición del quadro. Lleuóse también ésta a Inglaterra, de la almoneda del Duque de Mantua.

IV. Capítulo. El de las bodas de Caná de Galilea, donde Christo está obrando el milagro de la conuersión del agua en vino, es de PAVLO CALIARI VERONÉS, copioso de figuras de aquella nobleza, y disposición rara, que tuvo este gran Pintor, en lo que hizo, así en los que están sentados a la mesa, como en los que les siruen: ay admirables cabeças, y casi todas parecen retratos; la de la Virgen, no porque tiene mayor decoro, y diuinidad: y siendo muy hermosa corresponde proporcionadamente a la edad de Christo, que está a su lado, cosa en que yerran muchísimos Pintores, que pintando a Christo en la edad perfecta, pintan Niña a su Madre: ay una figura en pie vestida de blanco, acompañada de otras, que parece entra defuera, y se ha suspendido a la vista del milagro, que le refiere vno de los que están a la mesa: delante de ella está vn negrillo de espaldas, y como que la sirve, es amarillo su vestido, y sus manchas hazen gran armonía a la composición, las figuras son medianas, lo alto del quadro quatro pies y medio, y siete y medio de longitud.

Iunto con estos cuatro Lienzos, trajo de Inglaterra otros profanos, no menos excellentes, como son los doze Emperadores, que el famoso TICIANO, pintó para el Duque de Mantua, que han dado de sí tantas copias, para mayor nombre, y reuerencia de los originales: sirven oy a el adorno de la Real Galería del medio día, y con ellos del mesmo Artífice, el retrato del señor Emperador Carlos Quinto, quando moço, puesta la mano sobre vn lebrel, pero como las quatro primeras pinturas son, sólo de ellas, se dize, reservando el hablar en las demás que trajo, y dió a su Magestad, para quando llegue su saçón.

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Como sea assí, que las pinturas se gradúan ellas así mesmas con su excellencia, y notoriedad, y la de las de esta memoria es tanta, segura va de que nadie imagine darles por ella grado, ni antelación: con este presupuesto, paso a decir de las demás de las muchas que Don Ramiro Núñez de Guzmán, Duque de Medina de las Torres dio a su Magestad quando vino de Italia, van con las quatro antecedentes las que ahora se siguen.

V. Sala de Capítulo. Vna tabla de mano de RAFAEL DE VRBINO, en que está pintada Nuestra Señora en una silla alta, y delante en lo baxo vn cajón, ò peana de madera, a el lado derecho está el mancebo Tobías, de rodillas con el pez en la mano, que refiere su historia, y el Ángel que le acompañó, es notable la devoción, reverencia, y afecto de ambos mirando a la Imagen, y a el Niño, todos parece tienen vida; el rostro de la Imagen es hermoso y grave, como también el de el Niño, aunque, risueño; tiende el braço hazia ellos, y el otro carga sobre vn San Gerónimo arrodillado, a el otro lado en ábito Cardenalicio, con el León a los piés: desta pintura haze memoria Giorgio Vasari, en la vida de Rafael, dize la pintó para Nápoles, y que está en la Capilla del Santo Christo, que habló a Santo Thomás; transportola de aquí a la peña [sic] el Duque, y con otras excelentes la dió a su Magestad, tiene de alto esta tabla siete pies y medio, y cinco y medio de ancho.

VI. Sacristía. En otra de tan alta estimación, como la antecedente, de mano de ANTONIO COREGIO, está Christo Resucitado en el Huerto: la Madalena bellísima, arrodillada a sus pies con ternísimo afecto: el Christo muy hermoso: el pays en que se finge vn amanecer tan notable, que engaña la vista, y la alegra igualmente: tiene de alto quatro pies y medio, de ancho cerca de quatro.

VII. Ante Sacristía. Otra de PAVLO VERONÉS, del misterio de la Purificación, las figuras medianas, pero no les hace falta para parecer vivas; vese en medio el viejo Simeón decorado con las insignias, y ornamentos del Sumo Sacerdocio, cargado de años, y como que carga el cuerpo grave en dos ministros, que lo conducen a la mesa, ó Altar: la Virgen arrodillada ante él con el Niño en las manos sobre vn paño blanco, todo él desnudo, bellísimo, tan tierno, y a el parecer con vna inquietud tan propria de aquella edad, que más pareze vivo, y de carne, que pintado: acompaña a la Virgen San Ioseph, con vna vela en la mano, y detrás del Altar vna muger con unos pichones en vna jaula, pintado todo ello con aquella nobleza, y manera grande de su Autor: el rostro de la virgen, que se ve de medio perfil, es divino, hermosíssimo, y modesto; y las demás cabeças de las figuras desta historia excelentíssimas, vna que está de espaldas delante del Altar, en contraposición de vn paño blanco, que le cubre vestida de vna ropa amarilla listada de otros colores, y vn libro abierto en la mano, compone lo historiado maravillosamente, tiene de alto este quadro quatro piés y tres quartas, y de ancho casi cinco.

VIII. Ante Sacristía. Otro de TICIANO, de la huyda a Egypto, en vn natural, y hermosíssimo país Nuestra Señora sentada con el Niño en los braços, mirando a San Iuan que le trae vnas cereças alcançadas de un árbor [sic] por un Ángel, a el otro lado está San Ioseph risueño mirando al Niño en pie, y arrimado a el báculo, entre los árboles del país se ve la jumentilla paciendo, y en lo más lejos otros animales entre las matas donde ay unos terraços que parecen de tierra verdadera, bullen vnos conejuelos, de la otra parte en vn charco unos Ánades, todo maravilloso, y de la mejor manera de este Autor: son las figuras menores que el natural: el alto del lienço cinco pies y medio, y doze y medio el largo.

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IX. Sacristía. Otro del mismo Artífice de vn desposorio de Santa Catherina, está nuestra Señora sentada en un pays, el Niño echado en su regazo, la santa arrodillada haziéndole caricias; San Iuan Baptista niño, que trae vna fruta a la Virgen, que alarga la mano para tomarla: es original de gran estimación, las figuras menores que el natural, tiene de alto tres pies y medio, de largo casi cinco.

X. Sacristía. Otro quadro de mano de PARIS BORDONE, de vna Imagen de nuestra Señora, sentada en un sitial, con el Niño en pie sobre las rodillas, a su mano derecha vn San Antonio de Padua, y a la otra San Roque, figuras medianas, pintado todo él con muy buen gusto, tiene de alto tres pies y medio, y de largo poco menos de cinco.

El Almirante de Castilla Don Iuan Alfonso Enrríquez de Cabrera, dió muchas, y escogidas pinturas a su Magestad quando vino de Italia, de ellas van al Escurial las siguientes.

XI. Capítulo. Vn lienço de PABLO VERONÉS, en que Christo acompañado de los Padres del Limbo, visita a su Madre, que la halla en aquella ausencia, y grande aflicción, orando; es de grande afecto el rostro de la Virgen, y se ven en él a vn tiempo exprimidos [sic] el de el dolor, y la alegría, Christo hermosíssimo con vn manto blanco, la está vendiciendo; y vese al más cercano a él, el buen Ladrón, con su Cruz, y cordeles, puestas las manos: los demás Patriarcas, y Prophetas, excelentemente pintados, y con gran juyzio se conocen por sus insignias, la invención es rara, el capricho es nuebo, y el concierto, y armonía del historiado superior, a el encarecimiento: las figuras son menores que el natural: tiene de alto cerca de cinco pies, y de largo casi ocho.

XII. Aulilla. Otro del mesmo Autor: pintó en él, el Martyrio de vn Santo (que es posible sea San Sebastián) las figuras de él son muchas, varias en posturas, y trajes, es de lo muy bueno que pintó, el Santo está de rodillas, ya puesto en el sitio donde ha de ser degollado, el verdugo con vna mano le desembaraza el cuello, y con la otra tiene la espada: el Santo con los ojos en el cielo, huye el oydo a las persuasiones de vnos Sacerdotes, que le señalan vna estatua de bronce de una diosa: pintado todo con singular gracia, y lindo gusto: las figuras del natural, el alto es de nueve pies, y de ancho seis y medio.

XIII. Sacristía. Otro de Santa Margarita, resucitando vn muchacho, que sustenta con las manos vn viejo acompañado de otras dos personas; las figuras son del natural, de más de medios cuerpos, tiénese por de mano de MICHAEL ANGEL CARABACHO, por ser muy bueno, y de aquella su manera: tiene de alto quatro pies y quarto, y de ancho más de tres y medio.

De las pinturas que el Conde de Monterrey trajo de Italia, y dio a su Magestad, que Dios guarde van las siguientes.

XIV. Sacristía. Una de ANÍBAL CARACHE, de la Subida de Nuestra Señora a los cielos, dexando el sepulcro, sube a lo alto acompañada de Ángeles, y los Apóstoles en diversas posturas la atienden admirados: es pintura de gran nombre, y de lo bueno que hizo su Autor, muy semejante en las manchas, y tintas, y en la disposición de la historia, a las de Tintoreto: tiene de alto quatro pies y tres quartos, y de ancho tres y medio.

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XV. Sacristía. Otro cuadro de FR. SEBASTIÁN DEL PIOMBO, Veneciano, Christo con la cruz acuestas con vna túnica morada clara, pintura de grandeza y fuerça; es la cabeça del Christo bellísima, y ella y lo demás de la figura representa bien el peso, y fatiga de la Cruz que le agraba, tiene al lado vn sayón, su cabeça lindamente pintada, parece retrato; detrás de él se ve otra de un armado: la tinta de todo el resto es obscura, las figuras algo más de medio cuerpo del natural deste original andan muchas copias, y ay dos en San Lorenzo, que parecen de la mesma mano, tiene de alto quatro pies y medio, y de ancho quatro escasos.

XVI. Aulilla. Otro de mano de TICIANO, Christo mostrado de Pilatos al pueblo, cercado de muchos sayones, figuras todas del natural, es muy bueno, pero a padecido mucho, y tiene algunos aderezos, es su altura de más de quatro pies; su ancho tres y medio.

Acompañan a las referidas, otras Pinturas Sacras, hasta llenar el número de veinte y quatro, que, son éstos.

XVII. Sacristía. El San Sebastián famoso del gran TICIANO (que fué de los Condes de Benavente, figura de el natural en vn nicho desnuda las manos atrás, y clavadas dos flechas, la cabeça levantada a el Cielo con grande afecto, y viveça, y fuera de estar el cuerpo lindamente plantado, está colorido tan divinamente, que parece vivo, y de carne.

XVIII. Aulilla. Otra pintura del mismo Autor, de figuras, poco menores que el natural, es del Sepulcro de Christo, muy semejante en todo lo principal a la que está en la Iglesia vieja de San Lorenço, y no menos excelente; tiene de alto cinco pies, y seis de largo.

XIX. Otra de PAVLO VERONÉS, de la mujer adúltera, tráela vna tropa de sayones, a la presencia de Christo, atadas las manos, y llorosa, y Christo, señalándola con Magestad, buelve a hablar a los Phariseos que la acusan; es lienço digno de su Autor, su alto, quatro pies, y el largo quatro, y medio.

XX. Un Ecce Homo, de TICIANO, de medio cuerpo, colorido milagrosamente, ay de él muchas copias; su alto dos pies, y tres quartos, de ancho poco más de dos.

XXI. Otro quadro del mesmo tamaño, de la Virgen ansiada, y llorosa, mirando a su Hijo, de mano de TICIANO.

XXII. Otro de PABLO VERONÉS, de la adoración de los Reyes, bien lleno de figuras medianas, pintado con buen gusto y disposición: el alto quatro pies y quarto, el ancho quatro y medio.

XXIII. Otro del mismo Maestro, y tamaño: Christo entre los dos Ladrones, y Longinos en la acción de herirle, desmayada Nuestra Señora, teniéndola San Iuan, la Madalena, y otros. Los soldados sorteando la vestidura.

XXIIII. La tabla enviada últimamente del Conde de Castrillo, Virrey de Nápoles, a su Magestad, pintura de RAFAEL, con que queda encarecida bastantemente, son las figuras casi del natural, con vn país, y en su lexos el Iordán, y el Baptismo de Christo, su alto, siete pies; de ancho cinco.

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Con éstas van otras diez y siete pinturas, la mayor parte de los mesmos Autores, por escusar la repetición se dirán sumariamente, junto con el lugar en que se colocan éstas y aquéllas.

La tabla de RAFAEL, con la Virgen, el Niño, San Iuan, y Santa Isabel, se pone en la parte principal de la sacristía en el altar, al pie del Christo, por ser para vista de cerca, y estar allí en conveniente distancia.

El Lavatorio de TINTORETO, se pone en medio de la sacristía a la parte de los caxones, y baxa hasta ellos, desde lo alto de la Cornisa.

A su lado derecho, la Tabla de ANDREA DEL SARTO.

Tras ella el prendimiento, de mano de LVQUETO; tiene de alto seis pies y medio, y de ancho cinco, es de lo bueno que hizo este autor.

Y la vltima por este lado el Ecce Homo de PAVLO VERONÉS, es del mesmo tamaño que la pintura antecedente, y ambas las dio con las demás a su Magestad, para este fin Don Luis Méndez de Haro, Conde Duque de San Lúcar.

El Christo a la Coluna de LVACAS CANGIASO.

Al lado izquierdo la pintura de TICIANO, que antes estaba en la misma Sacristía. Tras ella la Visitación de la Virgen, que vino de Nápoles: después rematando este lienzo, el de el prendimiento de mano de Ticiano, que solía estar en la ante Sacristía, y estos dos lienzos se reducen a el mismo tamaño que los antecedentes, que les corresponden.

Estas siete pinturas ocupan el espacio que ay entre los caxones y la cornisa. Por cima de ella corren las siguientes, governando su quenta como las de abajo.

Encima del lavatorio, frontero de la ventana que está a el otro lado, se pone el celebrado lienzo de la Madalena, del TICIANO, que estaba en esta misma pieça.

A la mano derecha de éste, la pintura de Santa Margarita, de la mano del CARAVACHO, resucitando vn niño.

Tras ella la pintura de la moneda, de mano de TICIANO, que también estaba en este sitio.

Luego la subida de Nuestra Señora a los Cielos, de mano de ANÍBAL CARACHE, Y en el vltimo espacio vna pintura de PABLO VERONÉS, del sacrificio de Abrahán

A el lado izquierdo, el Christo de la Cruz acuestas de FR. SEBASTIÁN DEL PIOMBO.

Tras él, el lienzo de San Ioseph con el Niño em braços, de GVIDO BOLOÑÉS, y de lo mejor que hizo.

Luego la pintura de ANTONIO CORREGIO, de Christo, y la Madalena, en el Huerto. Y por vltimo la imagen de Nuestra Señora, con el Niño al pecho, de GVIDO BOLOÑÉS, todas estas nueve pinturas se reducen a cinco pies de alto, sin los marcos, y tres y tres quartos de ancho.

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Sobre las dos puertas de la testera principal colaterales a el Altar, se pone en la de mano derecha vna tabla de Nuestra Señora, y Santa Catherina, que estaba antes en el capítulo, y parece de mano de GIORGION DE CASTELFRANCO: en la de mano izquierda vna pintura de mano de TICIANO, de Christo mostrado al pueblo; vna y otra de figuras más que medias, estaban antes en vno de los capítulos.

En la testera de abajo, a el lado de la puerta por donde se entra, corresponden otras dos pinturas a las que se han dicho: encima de la de mano derecha, está la Imagen de Nuestra Señora, Santa Catherina, y San Iuan Baptista niño, de mano de TICIANO.

Sobre la de mano izquierda la pintura de Nuestra Señora, San Antonio de Padua, y San Roque, de BORDONON. Estas quatro pinturas se reducen a cinco pies poco más por largo, y tres y un quarto por lo alto.

En el lado enfrente de los caxones, se reparten diez pinturas por debaxo de la cornisa, que començando su quenta por la parte superior, se colocan assí.

Vna Madalena, de mano de TINTORETO, de más de medio cuerpo, despojándose, tiene quatro pies y medio de alto, y de ancho quatro pies, se pone en el primero pilar de entre las ventanas, es pintura de estimación.

El San Sebastián famoso de TICIANO, en el segundo.

En el tercero, Christo en el Limbo de mano de PIOMBO, y tiene ocho pies de alto, y de ancho quatro, como el San Sebastián.

En el quarto otra pintura de la Madalena, ya despojada y orando, del mismo.

En el quinto, que corresponde a éste cojen entre los dos la bentana del medio, se pone San Gerónimo penitente, de mano de VAN DIICK, con vn Ángel que le tiene la pluma: éste y el antecedente, tienen a seis menos quarto de alto, y de ancho quatro y medio poco más.

En el sexto pilar, Christo crucificado, que estaba antes en la Aulilla, de TICIANO.

En el séptimo San Iuan Baptista, de la mesma mano, que estaba en la Aulilla, su tamaño es el mesmo que el de san Sebastián, y el de Christo en el Limbo.

En el octavo, y vltimo, una Santa Margarita con el Dragón, de mano de TICIANO, de más de medio cuerpo, ésta y la de la Madalena despojándose, tienen quatro pies y medio de alto, y de ancho quatro pies. Y debaxo destas, y de la pintura que le corresponde en el primero pilar, se ponen dos Espejos guarnecidos de la misma talla dorada como las pinturas, y en los dos lados que abraçan la ventana del medio, debaxo de las pinturas de la Madalena, y San Gerónimo, por ser de menor cayda, hazen correspondencia a los espejos, dos pinturas casi de igual tamaño, la vna del Nacimiento de Christo, de ANDREA SCHIAVON: y la otra una Imagen de Nuestra Señora con el Niño, y San Iuan de mano de RAFAEL, tienen a tres pies y quarto de alto, y dos y medio de ancho, con que queda ajustado el adorno de la Sacristía.

La ante sacristía se viste de diez pinturas con marcos vniforrnes, en esta manera.

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Sobre la fuente que sirve de labatorio, la huyda a Egipto de mano de TICIANO coje todo su largo ajustado.

Sobre las dos puertas que están a sus lados los dos quadros de la adoración de los Reyes, y de la Crucifixión, de mano del VERONÉS, que como el de enmedio se ajustan al ancho de las puertas.

Sobre las toallas del vno y otro lado, se pone en el de la Yglesia, vna pintura de Nuestra Señora con el Niño en los braços, la Madalena que la adora, y otros dos santos de mano de VAN DIJCK.

En la parte de la sacristía, al lado derecho de su puerta vna pintura de PEDRO PABLO RUBBENS, del Castillo de Emaús y al izquierdo el famoso lienzo de la Purificación de mano de PAVLO VERONÉS.

Debaxo de él con el mesmo ancho, el de la muger adúltera, del mismo Autor.

Enfrente destos dos (que es al lado de la puerta que sale a la Yglesia, y sobre unos cajones) se pone un lienço del Sepulcro de Christo, de TINTORETO.

Al lado de la que sale al claustro, vn lienço de PAVLO VERONÉS, de la predicación de san Iuan de la misma caída que el de la huyda a Egypto que le corresponde, y a su lado vna pintura de los Apóstoles San Pedro y san Pablo, de IOSEPH DE RIBERA.

De todas las quarenta y vna pinturas están solamente cinco por acomodar, respecto de que sus tamaños no han sido los combenientes, y assí quedan puestas en los capítulos mientras llegan otras que se esperan, para que todas tengan su lugar.

Estas pinturas sagradas, entresacadas de las que de todo género adornan el Real Palacio de su Magestad, son las que embía aora su Magestad al Real Convento de San Lorenço, dando con apartarlas de su vista, nuebo y singular testimonio de su amor a aquella casa, y de que para vestirla magestuosamente, no dudará nunca (a ser necesario) desnudar la que avita de lo más estimable.

Advirtió su Magestad estar pobres de pinturas algunas pieças, y en particular las dos referidas, y no dilató el reparo de esta falta, providencia sin duda de su grande abuelo, pues ya que previno a su gran piedad en la erección de aquesta sacra estupenda Mole, le dexó mucho lugar bacío, para que logre su Real ánimo en su exornación, y aumento, a que reconocidos sus Religiosos debidamente piden incesablemente a Dios, prospere, y alargue, vida que tanto importa. FIN.