Doc. 230: Referencias de Ustárroz a Velázquez y Juan Bautista Martínez del Mazo
Cap. XII. Amor grande del Príncipe nuestro Señor mostrò a la Ciudad de Zaragoça, pues de orden, i mandamiento suyo la retratò, artificiosamente, Juan Bautista Martínez Maço.
Descúbrese el ingenio de los empeños arduos, i difíciles, en las materias poco tratadas, i remotas, luce, brilla, i campea en éstos la agudeza; i con su precisión todo està patente, todo claro, i con luz se descubren las tinieblas, i aún se desvanecen; que un discurso penetrante, agudo, i trascendiente, antorcha es luminosa, sol claríssimo, que esparce rayos de ingieniosidad; su Alteza, sin professar la Pintura, admirava su discurrir, i entender, porque hablava como mui versado en sus primores, en la planta de las figuras, en sus distancias, i diminuciones, i en otras sutilezas: I convienen personas dignas de crédito, i noticiosas en el Arte de pintar, que si le oyeran algunos, sin descubrir su Real presencia, entendieran que era sugeto excelente, i aventajado. Aquí se descubrió la sublimidad de su maravilloso ingenio, porque muchos barones entendidos, en otras disciplinas, como hablan sin noticias, ni conocimiento, no se detienen un breve rato en discurrir, ni cêsurar la disposición, el modo, i bondad de los pinzeles, pagándose sólo de la belleza de los colores; i juzgando que aquella pintura tiene más perfección, que lleva tras si la vista, celebran lo brillante, i aparente, quedándose en la superficie, i contentándose con el colorido, sin reparar en el dibuxo, i en la disposición sutil de las figuras; i lo que más ocasiona la risa, es, que aprecian más, lo que menos vale, son accidentes de la Pintura los colores, i el alma della, el Dibujo, sin el todo es irregular, imprefeto, i manco, con el todo airoso, esbelto, i galante, no se aprueva la crudeza en lo pintado, pero nótase lo lamido, i atildado; la diferencia de las distancias no es igual, i assí no deve ser igual lo colorido, porque en el último término no percibe la vista tanto, como en el primero; que la longitud siempre disminuye, el primor consiste en pocas pinzeladas, obrar mucho, no porque las pocas, no cuesten, sino que se executen, con liberalidad, que el estudio parezca acaso, i no afectación. Este modo galantíssimo haze oi famoso, Diego Velázquez natural de Sevilla, Pintor del Rei nuestro Señor, i su Ayuda de Cámara, pues con sutil destreza, en pocos golpes, muestra quanto puede el Arte, el desahogo, i la execución pronta.
Fue el cuidado de su Alteza admirable, i raro, pues quanto veía, digno de admiración, lo advertía, i notava: Pareciole este año, hallándose con su Magestad en la Ciudad de Pamplona, que se pintasse de punto baxo, i mandò a Iuan Bautista Martínez Maço, Vxer de Cámara, i Pintor de su Alteza, i mui favorecido, natural de Cuenca, la dibuxasse; i le advirtió, que para hermosearla pusiesse en los términos más propinquos a los ojos, diversidad de figuras, assí de hombres como de mugeres, en traje Guipuzcoano, Vizcaino, Roncalès, i Provinciano, cuya variedad, i edificios son hermosa detención de la vista: Consiguiose el acierto, porque el gusto de su Alteza, en disponer lo Historiado, corría igual paralelo con la elección de Rafael Vrbino, a quien los Pintores apellidan por Maestro insigne: pero la que mereció mayor agrado en su Alteza, fue Çaragoça, pues no se contentò, que se copiara en lienço, de pocos ensanches, sino en uno que se dilatava en largueza algo más de quatro varas Castellanas, i en altura nueve palmos; este cuidado deverà reconocer nuestra Augusta Ciudad.
Ajustòse al original desde la galería del Convento de San Láçaro de la Orden de nuestra señora de la Merced, una de las dos mil iglesias que consagrò a la Virgen Santíssima, el Rei Don Iaime el Conquistador: de aquí descubre la vista un compuesto bellíssimo de varias Casas, Alcázares, i Torres eminentes, pero a todas excede en altura, i perfección, la que a pesar del tiempo no conoce la vejez, porque la llaman la Torre Nueva, sin que le embarace el epíteto su ancianidad; pues según las memorias antiguas, se edificò el año mil quinientos, i quatro: Baja la discrepción de Çaragoça (que también descriven los pinzeles, como las plumas) desde el Convento de San Agustín, hasta Santo Domingo, que están en los extremos de la Ciudad, la diferencia de barcos que navegan por el rio Ebro, i la copia de personages que se ven en las riberas, haze una hermosa desunión: Manifiesta la ruina de la Puente de piedra, cuya solidez desde el año mil quatrocientos treinta, i siete, que fue el de su fábrica, hasta el de mil seiscientos quarenta, i tres, sufrió los embates del Rio; quebraronse entonces dos arcos, i cessò la comucación de la Ciudad, por aquel seguro conducto. Fuera prolixidad referir las atenciones del Artífice, quando el mayor elogio desta obra, es, que muerto su Alteza la manda continuar el Rei nuestro Señor, que aún entre tantos dolores, i angustias, se acordò del retrato de Çaragoça; tanto es el amor que le devemos, pues perdiendo una prenda tan amable, i tan de su coraçón, cuida ansiosamènte de amarnos, i defendernos. Confirma esta verdad lo que escriviò al Marqués de Leganès, general de las Armas de Cataluña de su Real mano, poco después que falleciò el Príncipe: Yo quedo (dixo) con el sentimiento que podeis juzgar de tal pérdida, pero con toda resignación en las manos de Dios; i con alientos, i ánimo, para tratar de la defensa de mis Reinos, QVE TAMBIÉN ELLOS SON HIJOS MÍOS, I SI HEMOS PERDIDO VNO, ES MENESTER COBRAR LOS DEMÁS; i assí os encargo, que no afloxeis en las operaciones desta Campaña, hasta conseguir el socorro de Lérida: palabras tan ponderosas deven quedar estampadas en nuestros coraçones, para exemplar de la constancia, de la resignación, i del cariño.
