Doc. 14: Romance de Baltasar Cepeda a la boda de Velázquez y Juana Pacheco
¡Quién fuera para pintar
lo que ayer en pleno Claustro
sucedió en casa del bueno,
si quiere Pacheco el malo!
5 Pero assí mal como pinto,
quiero en este papel branco [sic]
hazer un bruto bosquejo
digno de mi agreste mano.
Uvo concurso de ingenios,
10 quothlibetos de letrados,
i citáronse allí libros
que libras de oro pesaron.
No uvo allí nuevo concilio,
más cosas se ventilaron
15 que pudieran oír los padres
que en el de Trento firmaron.
Vióse en el nombre un Dotor
ir Costa a Costa surcando
i en el hecho sin peligro
20 en mar de Ciencia engolfado,
i triumfó de la tormenta
a Costa de lo ganado,
que en fin quien se obliga a Costa,
caudal tiene para el gasto.
25 Rioja, fuente perene,
dio Ríos de sí manando
mayor raudal que el que dió
al mundo el pie de Pegaso,
porque mostró un lugar sólo
30 sobre el monte el del Cavallo,
i él descubrió más lugares
que piedras tiene el Parnaso.
Vi a Flómesta rechaçar
pelotas de cuando en cuando,
35 con más destreza que el niño
que de Flómesta llamamos.
Ya no es de aquél la vitoria,
que a éste sólo se la an dado
las dudas de allí venció
40 la luz de su ingenio claro.
De Ávila un don Alonso
les fué contrapunteando,
que, bien que de capa i espada,
no hizo allí el monje el ábito.
45 Por lo que allí mostró pudo
quedar de sí blasonando,
mas siendo Avila, ¿qué mucho,
si con blasón le hallamos?
No se dexó cosa en pie,
50 no porque las derribaron,
mas porque de muy subidas
de punto, al cielo tocaron.
Si viviera Ermenegildo,
el Rei nuestro sevillano,
55 aunque quisiera estar preso,
cárcel no hallara en que estarlo,
porque con sus letras uno
de los que allí se hallaron
dos vezes allanó el muro,
60 dexando su intento llano
i mostrando que el que es oi
no es el mismo en que el tirano
le dio cárcel i martirio
al Godo hijo i Rei Santo.
65 Tanbién n[uest]ro gran Patrón,
el Apóstol Santiago,
no sólo no es ya Gallego,
pero ni tanpoco Hispano,
porque el Francés, que por verlo
70 por la Rioja tenía passo,
por donde ya le vió abierto,
le viera entonces cerrado.
Tratóse de tradición;
con temor en esto hablo,
75 porque recebí por ella
el dexársela a los Sabios,
i más si es de las palabras
del Misterio Sacro Santo
de la Sacra Eucharistía
80 i el modo de su Milagro.
¡O cuán bien trataron esto
i con qué verdad los cuatro,
dándoles fuerça a las suyas
la autoridad de San Pablo!
85 Fué de modo que si en Flómesta
antes en un Relicario
un Milagro podía verse,
allí se vieron milagros,
porque él lo explicó de modo
90 que si el incrédulo vario
de Flómesta allí se hallara,
creyera en sólo escucharlo.
Estava a todo esto mudo
i las cejas arqueando
95 el gran Beçón, más con beços
de negro boçal que labios,
porque de aquellas materias,
afirma él con desenfado
que no sabe tratar más
100 que si no fuera ombre umano.
Pero si calló este mudo
en el breve Anfiteatro,
muchos mudos viera hablar
quien bien mirara sus cuadros,
105 porque nada allí se vió,
de lo que estava pintado,
que sin hablar no dixesse
«Vivo estoi, aunque en Retrato».
A estas conclusiones puso
110 fin una voz que en el patio
cayó desde el corredor,
con que a comer nos llamaron.
Subimos, vimos las meseas
i sentámonos tan hartos
115 ya del manjar de las almas
como del del cuerpo faltos.
Echóse la bendición
por sacerdotales manos,
i fué bendición de Dios
120 ver tantas copas i platos.
empeçóse la comedia,
mal hablé, mas no he hablado,
que comida fué i comedia,
i que tuvo buenos passos,
125 porque el umor del manjar
desatando en breve espacio
del docto Beçón los beços,
fué Néctares derramando.
Jamás Bretón Filibote
130 disparó versos tan bravos
como los que sus conceptos
aquel día dispararon.
Sonetos hizo i Canciones,
que el Petrarca ni el Torquato
135 no acertaron a hazerlos,
con ser los dos que acertaron.
Sobre los alvos manteles
que sirvieron de Teatro
se introduxo un personaje
140 que no me atrevo a pintallo
porque yo le vi hazer
de dos cucharas de palo
dos sombras sobre las sienes,
que ni eran líneas ni rasgos.
145 Por lo que tenían de plumas
lo tuvo por escrivano,
pero por lo que de orejas,
sin serlo pareció Asno.
Pero como pinto mal,
150 no entiendo lo que me hago,
i assí veo que hize bien
al principio en no nombrallo.
Comióse admirablemente
i bevióse otro que tanto
155 porque de gana i de qué
uvo en las mesas abasto.
Dieron gracias i las tablas
el sitio desocuparon,
i la fiesta començó,
160 bueltos los Novios al Thálamo.
Beçón cantó diestramente,
porque lo es mucho en el canto,
i de Música hizo un brindiz [sic]
más dulce que los de Baco,
165 porque brindó a una Sirena,
i en el nombre que le e dado
no confessaré que yerro,
porque es su cantar encanto.
Era onesta como bella
170 i adornada de tal garbo,
que a ser señora de un mundo
representara el ditado.
En baile i en voz era un símil
de la que aquel Rei Judaico
175 uvo según la escritura
en la muger de su ermano,
pero no en la onestidad,
porque lo mostró ser tanto,
que a estar allí otro Baptista,
180 quedara su cuello salvo.
De cómo se dilató
el dichoso Epitalamio
no trato, porque no aya
quien diga que lo dilato.
185 Sólo diré de los novios,
porque dellos me e olvidado,
que son tales que merecen
todo el referido aplauso.
Púsose el sol en el día,
190 porque en la sala quedaron
en los ojos de la novia
dos astros que lo eclipsaron.
Y yo estoi de lo allí visto
tan absorto i admirado,
195 que esto que e hablado aquí
aun dudo como lo hablo.